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Diabetes en perros, síntomas y tratamientos
¿Qué es la diabetes y cómo puede afectar a un perro?
La diabetes en perros es, por desgracia, un problema bastante extendido. Esta dolencia que no es mortal, pero sí implica cambios en la rutina del perro y hace necesarios cuidados especiales, y más aún en edades avanzadas. Es decir, se trata de una enfermedad crónica, en la mayor parte de los casos.
La causa de la diabetes es la incapacidad del cuerpo para producir o utilizar la insulina, que es una hormona que el cuerpo utiliza para regular la cantidad de glucosa en la sangre. Concretamente, la diabetes mellitus se manifiesta, bien cuando el páncreas no produce suficiente insulina, bien cuando las células no pueden utilizarla.
Si nos fijamos en la tipología, podemos identificar cuatro tipos principales de diabetes en perros:
- Diabetes mellitus tipo I: Ocurre cuando el páncreas no produce suficiente insulina. Por lo tanto, el perro se convierte en insulinodependiente, es decir, necesitará la administración periódica de insulina durante toda su vida. Es el tipo más frecuente de diabetes.
- Diabetes mellitus tipo II: Sucede cuando el páncreas no produce suficiente insulina o el cuerpo se hace resistente a ella y no puede utilizarla. Es más habitual en seres humanos y gatos que en perros.
- Diabetes gestacional.
- Diabetes por otras causas: (genéticas, enfermedades pancreáticas, endocrinopatías, inducida por fármacos, etc).
Causas de la diabetes en perros
La causa más frecuente de diabetes en los perros es la obesidad, relacionada con dos problemas: falta de ejercicio físico y dieta pobre o inadecuada. No obstante, la obesidad, así como otros factores que pueden provocar diabetes -la pancreatitis ya mencionada y otras enfermedades, algunos fármacos, etc.- son solo los desencadenantes.
El riesgo real de desarrollar diabetes depende de cada perro, siendo especialmente vulnerables los animales de mayor edad (alrededor de los ocho años) y las hembras, así como razas como el caniche o el schnauzer.
Diabetes en perros: síntomas principales
Normalmente, la diabetes se detecta cuando el perro ya lleva un tiempo sufriéndola. Los principales síntomas son los que se asocian al conocido como síndrome PPP: poliuria, polidipsia y polifagia.
En esencia, veremos que el perro orina en exceso (poliuria), bebe más de lo normal (polidipsia) y come mucho (polifagia), aunque sin ganar peso debido a la constante pérdida de glucosa. Además, tenderá a mostrarse menos activo de lo normal.
Deberíamos llevar a nuestro perro al veterinario ante la menor sospecha de que pueda padecer diabetes. Cuando antes reciba el diagnóstico y comience a ser tratado, mejor será su calidad de vida a largo plazo.
Tratamiento de la diabetes en perros
Como ya hemos mencionado, la diabetes en perros es, al igual que en el caso de los humanos, una enfermedad crónica, lo que significa que el animal necesitará cuidados durante toda su vida. En cualquier caso, lo importante es que, con el tratamiento adecuado, un perro diabético tendrá la misma esperanza de vida que un perro sano.
El tratamiento y los cuidados para un perro con diabetes tienen cuatro pilares fundamentales: dieta, ejercicio, tratamiento farmacológico y monitorización.
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Dieta
Para controlar la diabetes, mantener una dieta adecuada es uno de los factores más importantes. Debemos proporcionarle a nuestro perro una alimentación equilibrada y de alta calidad proteica, y evitar en la medida de lo posible los azúcares y las grasas. También tendremos que contener la tentación de darle a nuestro perro chucherías o aperitivos entre comidas.
En el mercado podremos encontrar muchos tipos de comida para perros aptos para animales diabéticos. Estos alimentos son bajos en grasas y ricos en fibra.
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Ejercicio
Una buena rutina de ejercicio es imprescindible para todos los perros diabéticos, sin excepción: tanto para los que sufren de obesidad como para los que se encuentran en su peso. Gracias a ella, consumirán energía y evitarán el riesgo de hiperglucemia. Además, el ejercicio aumenta el flujo sanguíneo, lo que favorece la absorción de la insulina.
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Tratamiento farmacológico
En las llamadas diabetes insulinodependientes, las de tipo I, será imprescindible administrarle al perro insulina mediante inyecciones. Solo así podremos mantener la enfermedad controlada y evitar que surjan problemas derivados de ella.
Las necesidades concretas de insulina dependen de las características de cada perro diabético: tipo de diabetes, estado de la enfermedad, peso, etc. Cuando la diabetes sea detectada, el veterinario realizará diversos controles y estudiará nuestro caso hasta dar con la dosis adecuada.
Será también el veterinario quien deberá explicarnos todo lo que necesitaremos saber sobre los diferentes tipos de agujas y los modos más adecuados para administrarle la insulina a nuestro perro. Es fundamental consultar con él cualquier duda que nos surja: el buen estado de salud de nuestro perro depende de ello.
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Monitorización
Para entender cómo evoluciona la enfermedad de nuestro perro y mantenerla controlada con mayor eficacia, deberemos mantenerlo siempre bajo observación. Esto implica medir de forma periódica su nivel de glucosa en sangre, además de, si el veterinario lo recomienda, utilizar tiras de orina para controlar la glucosuria y los cuerpos cetónicos.
Por supuesto, tendremos que llevar rápidamente a nuestro perro al veterinario en caso de que su salud comience a empeorar por tener los niveles de glucosa en sangre demasiado bajos o demasiado elevados. Debemos estar atentos frente a síntomas como la falta de apetito, la sed excesiva, demasiada orina o debilidad generalizada, entre otros.
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