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¿Por qué mi perro jadea mucho? ¿Qué le pasa?
Jadeo excesivo en perros
Los perros jadean mucho, como saben todas aquellas personas que conviven con uno. La frecuencia del jadeo depende de cada perro, pero, por norma general, es algo natural.
Antes de hablar de los diferentes tipos de jadeo y de cuándo debemos preocuparnos por un nivel de jadeo excesivo, es necesario entender este interesante mecanismo fisiológico. El jadeo es un tipo de respiración rápida y poco profunda que ayuda a que el perro regule su temperatura corporal y la mantenga en un nivel adecuado para su bienestar.
Muchas personas ignoran que los perros, de hecho, no pueden sudar, salvo por las glándulas sudoríparas que tienen en las almohadillas de los pies, y que, por lo general, no liberan el suficiente calor como para que el perro se encuentre bien cuando su temperatura corporal sube. Sin la posibilidad de sudar, el jadeo es única herramienta de la que disponen los canes.
Los perros comienzan a jadear cuando su temperatura corporal alcanza los 38 o 39 grados. Al sacar la lengua e inhalar y expulsar aire rápidamente, el agua de la boca del perro se evapora y el aire circula por su cuerpo con mayor eficiencia. Todo ese proceso ayuda a liberar un mayor volumen de calor y, por lo tanto, hace que el perro se sienta mejor.
Para el dueño, es fácil pensar, en ocasiones, que el perro jadea demasiado. Pensemos que, si el ritmo respiratorio normal de un perro es de entre 30 y 40 inhalaciones, durante el jadeo este se incrementa hasta un ritmo de entre 300 y 400 inhalaciones. Es decir, ¡diez veces más! No obstante, habitualmente no tendremos nada de que preocuparnos: los pulmones y las vías respiratorias son muy elásticos, por lo que en realidad el perro no debe realizar apenas esfuerzo para jadear.
Jadeo excesivo en perros: ¿cómo identificarlo?
El jadeo en perros puede dividirse en dos tipos: jadeo normal y jadeo excesivo.
El jadeo normal es el que hemos descrito en el anterior apartado: una respuesta fisiológica que se produce cuando el organismo del perro necesita evacuar el exceso de calor. El jadeo también puede ser normal si el perro, aunque no tenga calor, vive una situación de mucha ansiedad (esto se conoce como jadeo conductual), miedo o emoción. En ese sentido, los perros son iguales que nosotros: su cuerpo sufre cambios fisiológicos como respuesta a situaciones intensas, positivas o negativas.
Así que, si nuestro perro jadea tras haber hecho ejercicio, en un día de mucho calor o, por ejemplo, al asustarse por cualquier motivo o emocionarse porque volvemos a casa, no debemos preocuparnos. Es un jadeo perfectamente normal en un perro, salvo que notemos que se prolonga mucho en el tiempo, en cuyo caso deberíamos llevar a nuestro perro al veterinario, sobre todo si el problema sucede de forma habitual.
No obstante, si el perro jadea mucho y respira muy rápido o hiperventila sin causa aparente o no deja de jadear, puede que se trate de un jadeo excesivo o anormal. Podemos identificar un jadeo anormal por pistas como:
- El jadeo dura más tiempo de lo normal, o es especialmente fuerte.
- El perro no tiene calor, no se siente excitado ni parece tener miedo. Es decir, no hay motivos evidentes para que el perro jadee.
- Suena diferente del jadeo normal. Puede ser más ruidoso, pesado, o ir acompañado de sonidos inusuales en el sistema respiratorio del animal.
- El perro parece estar esforzándose mucho para jadear.
- El jadeo aparece de forma repentina o sigue patrones extraños (el perro jadea, luego para, después retoma el jadeo…).
Posibles causas del jadeo anormal en perros
Golpe de calor. Si el perro jadea mucho y babea en un entorno de calor excesivo, o tras haber hecho ejercicio en un día de altas temperaturas, tal vez esté sufriendo un golpe de calor. Puede presentar otros síntomas, como ojos vidriosos, taquicardias… los golpes de calor son muy peligrosos, por lo que nunca deberíamos sacar a nuestro perro a la calle en las horas más calurosas del día.
Obesidad. El problema es el mismo que el que sufrimos los humanos: un perro obeso será propenso a sufrir todo tipo de enfermedades y, por supuesto, se cansará y jadeará de forma excesiva con cualquier esfuerzo físico.
Predisposición por su raza. Hay razas de perros que tienden a jadear de forma excesiva. Son aquellas con el hocico corto o totalmente chato, las llamadas braquiocefálicas: bulldogs, bóxers, etc. Estos perros tienen dificultades para respirar, por lo que su jadeo suele ser muy ineficiente y es habitual que lo hagan de forma excesiva.
Enfermedad del corazón. El jadeo excesivo también puede ser síntoma de dolencias como la cardiomiopatía canina, sobre todo si va acompañado de otros síntomas como el exceso de fatiga, tos y aletargamiento. Podemos ver incluso desmayos y episodios de debilidad. Las enfermedades del corazón suelen provocar un déficit de oxígeno en el organismo del perro, y el jadeo es la forma que tiene el cuerpo de compensar este problema. Si sospechamos que nuestro perro puede padecer una enfermedad del corazón, debemos llevarlo al veterinario lo antes posible.
Otras enfermedades. Síndrome de Cushing, anemia, parálisis de la laringe… la lista de enfermedades que pueden ocasionar jadeo en perros es amplia. Casi todas ellas tienen en común el hecho de crear, como las del corazón, un déficit de oxígeno en el cuerpo del perro. En el caso del Cushing, en cambio, el jadeo se debe a un exceso de cortisol. Sea como sea, y al igual que sucede con las enfermedades del corazón, el jadeo excesivo o anormal será solo un síntoma entre varios, por lo que notaremos que nuestro perro no se encuentra bien. Evidentemente, será recomendable que lo llevemos al veterinario sin perder tiempo.
Dolores. El jadeo excesivo, pesado o sin motivo aparente también puede aparecer cuando el perro sufre algún tipo de dolor o molestia, como una forma de avisarnos de que se siente mal. Podemos sospechar que algo le pasa a nuestro perro si el jadeo aparece en períodos de descanso (incluso mientras duerme), es irregular… en situaciones así, la solución será, una vez más, un examen del veterinario.
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