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Darle huesos a los perros, ¿es malo o bueno?
¿Es malo darle huesos al perro? ¿Le ponemos en peligro al darle de comer un hueso… o, por el contrario, privándole de los huesos le estamos sustrayendo una serie de nutrientes que podría venirle muy bien?
El debate sobre si es bueno o malo darles huesos a los perros para comer viene de muy lejos y es realmente complejo. Hay opiniones tanto a favor como en contra: casi todos los dueños de perros tienen muy presentes los riesgos de los huesos -la temida oclusión intestinal y las perforaciones-, pero algunos también piensan en los posibles beneficios.
¿Qué pesa más? Veamos cuáles son los principales puntos de este debate y qué deberías decidir sobre tu perro y los huesos. Vamos allá.
Si los lobos comían huesos, ¿por qué los perros no deberían?
Cuando surge el debate sobre si es bueno o malo darles huesos a los perros, este suele ser uno de los principales argumentos de las personas que están a favor: si los lobos, que son parientes de los perros, comen huesos, ¿por qué nuestros amigos peludos no iban a poder hacerlo?
En efecto, los lobos comen huesos. Cuando un lobo devora a su presa, ingiere las vísceras y la carne en primer lugar, pero después también tritura y come parte de los huesos. No obstante, hay dos cuestiones que hacen que este argumento cojee:
- En primer lugar, debemos entender que los perros no son lobos. Son parientes, pero solo eso: la domesticación y miles de años de convivencia con el ser humano han cambiado sus cuerpos, y eso incluye las mandíbulas y el sistema digestivo. Por ejemplo, los perros pueden procesar el almidón de los cereales mejor que los lobos… Y, en cambio, no trituran ni digieren los huesos con la misma eficacia.
- En segundo lugar, que los lobos coman huesos, y seguramente con mayor facilidad que los perros, no significa que no sean también vulnerables a sus peligros. Al igual que los perros, los lobos pueden sufrir una perforación o una oclusión intestinal. Les sucederá con menor frecuencia, y desde luego con mucha menos facilidad que si nosotros, seres humanos, intentásemos comer un hueso, pero eso no quiere decir que no les suceda.
¿Por qué es malo darles huesos a los perros? Los peligros
Los principales peligros de los huesos vienen de la posibilidad de que se atasquen en el sistema digestivo del perro (oclusión intestinal) o se astillen y causen graves daños (perforación).
¿Con qué frecuencia sucede esto? Resulta difícil de decir. Muchos veterinarios suelen advertir sobre los peligros de la oclusión y la perforación intestinales, pero, al mismo tiempo, las dietas conocidas BARF (Biologically Appropiate Raw Food o Alimentación Cruda Biológicamente Apropiada), que incluyen una gran cantidad de huesos carnosos crudos, son cada vez más populares.
Más allá de la frecuencia, es innegable que darle huesos a nuestro perro para comer implica asumir ciertos riesgos. La auténtica pregunta, por lo tanto, es la siguiente: ¿merece la pena correr esos riesgos? ¿Qué le aportan los huesos a un perro?
El aporte nutricional de los huesos para los perros
En efecto, esta es la cuestión más importante: ¿es el aporte nutricional de los huesos tan fundamental como para, potencialmente, poner en riesgo la salud de nuestro perro al dárselos para comer?
Lo cierto es que no, no parece que el aporte de los huesos sea excesivamente importante. Los beneficios nutricionales de los huesos para los perros vienen no de sí mismos, sino de los tejidos adheridos a ellos: carne, cartílago, etc. Los huesos contienen calcio y fósforo, pero en realidad los perros no los digieren demasiado bien.
De hecho, y quizás por este motivo, no todas las dietas BARF hacen tanto énfasis en los huesos. Muchas de ellas se basan en las vísceras, la carne y las verduras, una combinación que a nivel nutricional le aportará mucho más a un perro.
¿Es buena idea cocinar los huesos antes de dárselos al perro?
Si a pesar de todo queremos darle huesos al perro para comer, debemos saber que sobre este punto sí que existe un amplio contexto: y es que, no, cocinar los huesos antes de ofrecérselos no parece ser muy buena idea.
El motivo es que durante la cocción el hueso pierde el agua y el colágeno, por lo que se vuelven más quebradizos y, así, será más probable que se astillen en el interior del tracto digestivo del animal.
Conclusión: darle huesos al perro, ¿es bueno o malo?
Como podemos ver, y ya avanzábamos al comienzo de este artículo, es difícil dar una respuesta definitiva a la pregunta de si es bueno o malo darle huesos a un perro.
Muchos veterinarios creen que el aporte nutricional de los huesos es escaso y no justifica los posibles riesgos, pero el consenso sobre estas cuestiones está lejos de ser absoluto. Cada dueño, conociendo los argumentos a favor y en contra de esta práctica, deberá decidir qué es lo mejor para su mascota.
En ese sentido, también es importante tener en cuenta cómo es cada perro: su tamaño, sus preferencias, su nivel de ansiedad al comer (si un can se pone muy nervioso y come a toda velocidad puede tragar más trozos de hueso mal triturados), lo delicado que tenga el estómago para tolerar comida diferente de la habitual, etc.
En cualquier caso, es interesante señalar también que hay ciertos huesos con los que los perros se entretienen, pero normalmente sin llegar a ingerirlos: son los huesos recreativos, grandes y duros, como las rodillas de ternera, por poner un ejemplo. Estos huesos no suelen suponer ningún riesgo, y de hecho sirven para que el perro se centre en algo durante un tiempo y alivie su ansiedad.
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